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Lenguaje y estafas

Hoy el habla se ha transformado en un círculo  sin ese 8 tumbado.  Un círculo partido por la mitad, detenido en el camino desde la boca hasta la propia oreja. Parece que  hoy las palabras se quedaron como imágenes dentro de la cabeza. De ahí no salieron  y por dentro una lengua nueva surgió repentinamente. Hoy las puertas de ese viaje se abren desde tu boca.
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más vale...MÁS TE VALE

MÁS VALE SUMERGIRSE EN OCÉANOS DE CALMA, DEJAR DE ASOMAR EL MENTÓN A ESOS LEONES. POR UN MOMENTO AL MENOS...MÁS VALE, MÁS TE VALE. ROJOS LEONES DE YESO, ASESINOS DE ESPERANZAS Y SUEÑOS, DE LLANTOS MALPARIDOS, MALVADOS, DESVIADOS.

El círculo de "las conchitas"

Como era ya tradición partimos a un paseo rumbo la playa de "Las conchitas". Era una travesía larga y a veces tediosa, que terminaba en una playita con rocas bien grandes que tenían mariscos entre medio y varias conchitas con las cuales se podía hacer cosas muy entretenida. Íbamos todos los años con mi primos y mi abuela, era LA gran travesía del verano. Era el viaje más esperado y más odiado al mismo tiempo, porque era tan lejos que llegábamos cansadísimos, aunque el tecito y las galletas que nos esperaban al regreso eran una gran motivación para seguir caminando. Sin embargo, un día de mucho viento decidimos ir a la playa de "las conchitas". Normalmente había viento, pero ese día hubo más viento que ningún otro. Mis primos decidieron devolverse antes, yo quería seguir ahí y me quedé. El viento se hacía cada vez más fuerte, y estaba en mi contra. Apenas podía caminar porque me arrastraba hacia atrás. Tenía frío y hambre y estaba sola. No solo había viento, la

Se le llama ciclo.

si pudiera escribir hoy día, escribiría de lado. Mirando lo profundo, evadiendo lo plano. si pudiese dibujar hoy, dibujaría dos pequeñas y separadas tetas con miles de manos pequeñas recorriendole los relieves y ellas escapando inútilmente de sus máscaras, expuestas, vulnerables. Si pudiera pintar, pintaría una mano gigante. Desgarrando trozo a trozo lo corazones delgados, los escritos enterrados. Se acaba de detener el tiempo, he abierto mi ventana para salir a tocar el viento, como por escaleras, salto agarrándome de esos pájaros congelados, subo hasta llegar al final del nubarrón morado con rojo, cuando puedes ver cómo se van mezclando los colores, y pasan de amarillo a rojo, de azul a morado. Ahí, ahí te puedes quedar... y ahí me quedé.

De índigo, almas vivas y mosqueteras!

De albas en medio del desierto se huelen historias bastante comunes. Recorridos prósperos de aventureros que abandonan su lugar en buscar de nada conocido, sin camino de regreso, como si su ruta de ave migratoria se borrase en tanto su vuelo. Estos pasos fueron de luces y colores, de ciclistas abuelos girando sus ruedas sobre tierra blanca y cielos que no eran sino media tierra estrellada. Se cuenta esta vez de un viaje con ciudades invisibles, que emergían de la tierra y se perdían entre la puna incandescente del desierto. O fluían desde el mismo mar, con puentes colgantes que con el día mutaban de metal a madera y de cuerda a cemento, naciendo al mismo tiempo pequeñas ciudades con diferentes paisajes y gente. Sobre todo de esos túneles y barcos submarinos, que al final del sol se perdían entre el Índigo, eterno color de los términos y comienzos. Rutas multicolores pero más que eso, almas vivas, almas de desierto y suelo blanco, de juanas y marías que tiñeron el viaje de estas mosquet

Recursión Lunar

Señorita luna, le pido a usted comprender esta vez a la renombrada pues quizás aquel desaforado pensamiento ruidoso pueda no provenir de mis turbulentas mensajeras endocrinales. Solo le ruego comprenderme pues me es imposible ser más cautelosa y resistirme a aquel inocente placer de dominar por completo el estado de animo de vuestro menospreciado cuerpo. Desde ya muchas gracias por glorioso entender, Atte. Madre Regla.

La redundante

un día martes se repitió aquel patrón horripilante que latente esperaba la oportunidad de emerger apenas rastro de confusión encontrara. un día martes mientras el suelo descendía, esos espacios vacuos abrieron sus piernas y antropomorficos pies entrecruzaron el presente tirando sobre su cabeza un(in)necesario balde de agua fria.