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Mostrando entradas de 2009

Se le llama ciclo.

si pudiera escribir hoy día, escribiría de lado. Mirando lo profundo, evadiendo lo plano. si pudiese dibujar hoy, dibujaría dos pequeñas y separadas tetas con miles de manos pequeñas recorriendole los relieves y ellas escapando inútilmente de sus máscaras, expuestas, vulnerables. Si pudiera pintar, pintaría una mano gigante. Desgarrando trozo a trozo lo corazones delgados, los escritos enterrados. Se acaba de detener el tiempo, he abierto mi ventana para salir a tocar el viento, como por escaleras, salto agarrándome de esos pájaros congelados, subo hasta llegar al final del nubarrón morado con rojo, cuando puedes ver cómo se van mezclando los colores, y pasan de amarillo a rojo, de azul a morado. Ahí, ahí te puedes quedar... y ahí me quedé.

De índigo, almas vivas y mosqueteras!

De albas en medio del desierto se huelen historias bastante comunes. Recorridos prósperos de aventureros que abandonan su lugar en buscar de nada conocido, sin camino de regreso, como si su ruta de ave migratoria se borrase en tanto su vuelo. Estos pasos fueron de luces y colores, de ciclistas abuelos girando sus ruedas sobre tierra blanca y cielos que no eran sino media tierra estrellada. Se cuenta esta vez de un viaje con ciudades invisibles, que emergían de la tierra y se perdían entre la puna incandescente del desierto. O fluían desde el mismo mar, con puentes colgantes que con el día mutaban de metal a madera y de cuerda a cemento, naciendo al mismo tiempo pequeñas ciudades con diferentes paisajes y gente. Sobre todo de esos túneles y barcos submarinos, que al final del sol se perdían entre el Índigo, eterno color de los términos y comienzos. Rutas multicolores pero más que eso, almas vivas, almas de desierto y suelo blanco, de juanas y marías que tiñeron el viaje de estas mosquet

Recursión Lunar

Señorita luna, le pido a usted comprender esta vez a la renombrada pues quizás aquel desaforado pensamiento ruidoso pueda no provenir de mis turbulentas mensajeras endocrinales. Solo le ruego comprenderme pues me es imposible ser más cautelosa y resistirme a aquel inocente placer de dominar por completo el estado de animo de vuestro menospreciado cuerpo. Desde ya muchas gracias por glorioso entender, Atte. Madre Regla.

La redundante

un día martes se repitió aquel patrón horripilante que latente esperaba la oportunidad de emerger apenas rastro de confusión encontrara. un día martes mientras el suelo descendía, esos espacios vacuos abrieron sus piernas y antropomorficos pies entrecruzaron el presente tirando sobre su cabeza un(in)necesario balde de agua fria.
Introdujo su mano dentro de su pecho, atravesando las reducidas curvaturas que se le presentaron, tomó de su sentir, tomó entonces de su corazon el pálpito y... Reposó sobre el pasto, miró hacia el cielo y cayó nieve repentinamente, nunca hizo frio, solo le permitió desaparecer del caos. Un silencio violento acaba de interrumpir esta escritu.

cansancio

Ahora me muelo, ahora amaso mi maza, ahora mi mano canta y las horas siguen atorrantes. Ahora soy sincera y temo, ahora que me entiendo miro hacia atrás y desaparezco. Ahora pierdo las velas, los retratos de la gente se distorcionan, ahora miro y me abandono. Ahora los fuegos no encienden y las luces desesperan, ahora mis piernas se detienen voluntariamente, ahora comprendo que nunca entendí, ahora me masco me masco y dejo en mi boca un sabor indistinguible. Ahora me sumerjo, ahora miro al cielo desde abajo, ahora veo sus reflejos, ahora fui ayer y sigo siendo. ahora me pierdo porque lo deseo y me hago transparente. Ahora me escondo y desde ahí sigo contemplando anonadada.

Así estuvimos, así estamos

y en esa espera extraña, espera atemporal enajenada no fuimos inmóviles, no. Comenzamos a caminar hacia todos lados, desglosando nuestros cuerpos, trenzando aquellas antiguas visiones separadas por momentos de la historia, el pasado presente y futuro se fundieron en un solo lugar, no hubo más ese estúpio límite entre la niñez, adolescencia , adultez , joven adultez , vieja adultez , vejez prematura, vejez pasajera. Derrepente ya no importó más la antes infranqueable barrera que generaba el tiempo, que cambiaba, que separaba, que nos modificaba , que nos maduraba y nos inmaduraba . Que nos daba la posibilidad de dudar y de arrepentirnos. Entonces por un momento fuimos ahora y nada más que eso, un ahora infinito, un ahora tan efímero como aquel tiempo con forma de costumbre. así no quedamos, así estuvimos y estamos...

ESCAMOSAS

Y si de pronto del pasto sale un pez enorme, serían tus anchos hongos los que enmudecerían con sus escamas, palmadas imparables y escurridisas los harían vacilar y de pronto el tiempo que llamabamos tiempo no sería más que una pesada costumbre de ojos azarosos, efímeros pero adictivos, penetrantes y escuálidos, galopantes, invasivos, areoplásticos, misifustenses, misifusteros, gatopardistas. Quizás el pedaleo de ojos vendados sea lo único seguro.

el acosador y mi miedo

Y se dijo: “qué costaba entonces dejar que fuese invisible como cuando se perdía en si misma y volaba apacible disfrutando de su infinita ausencia..violento! qué pensabas cuando decidiste aplastar los alientos escritos, maldigo tu curiosidad asesina! Tu violencia de sarcásticas carcajadas! .....me parece insuficiente Por eso sigo esta puerta de entrada para encontrar aquella idea que me haga detenerme al fin cerciorado el grado de satisfacción o sacio del alma. No lo logro. Es que de repente se  menoscabaron las palabras exactas para descartar lo sentido! Quizás fue que una vez llegada la invasión, eso que solía parecer tan fácilmente expresable, se trasformó en el absurdo y complejo poder de cualquier erudito, ese todo inalcanzable adosado de sermones lujuriosos con pretensiones de seguidores que dejen de cuestionarse los supuestos lógicos recién creados!...Uff aún me parece insuficiente" De esta manera comenzó su día, negro adentro y multicolor en cualquier dirección qu