Solo porque gusto de hacerlo, solo porque vibro con temor, solo porque me desmorono de desenfreno. Pasará que cuando camines ahora tratarás de mantener el glóbulo de agua entre tu ojo izquierdo y tu mejilla. Intenta no dejar caer tus pesares, vibra con ellos casi como si disfrutaras aquel horroroso flagelo. Y así lo hizo, miró las uñas de su acompañante, lucían un negro repulsivo, como si tuviese gusanadas alimentándose de su pestilencia. No tuvo miedo, mantuvo firme su corazón, pese a que esas ganas casi incontenibles de abrazarlo podrían haberla corrompido, no lograron atravesar su hermética caparazón y se mantuvo inmóvil, como si no sintiese nada, como si comieran veinte larvas de corazón. "No sientes nada, no tienes alma"- se decía- "sin tejedora, sin mazamorra"- se decía. Y probaba con los hombres como degustando de aquel dulce coctel que le era el placer efímero. "Sigue buscando a tu príncipe azul"- dijeron, y sorprendida manoseó su corazón s
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