Introdujo su mano dentro de su pecho, atravesando las reducidas curvaturas que se le presentaron, tomó de su sentir, tomó entonces de su corazon el pálpito y... Reposó sobre el pasto, miró hacia el cielo y cayó nieve repentinamente, nunca hizo frio, solo le permitió desaparecer del caos. Un silencio violento acaba de interrumpir esta escritu.